lunes, 23 de septiembre de 2013

La transmisión del Espíritu



El consolament es asimismo bautismo.

Bautismo por el que se transmite el Espíritu Santo, con la oración y con la imposición de manos.

De ese bautismo dice Jesucristo a sus discípulos: «Id e instruid a todas las naciones, bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mateo 28, 19-20).
Y también: «“Como el Padre me envió, os envío yo también”. Cuando lo hubo dicho, sopló sobre ellos y les dijo “Recibid el Espíritu Santo”» (Juan 20, 21-23).

El ordenado tomaba el libro de los Evangelios, y todos los demás cristianos presentes en la ceremonia imponían sobre él la mano derecha.
El ordenado decía entonces: “En nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” y todos los demás decían “Amén” y añadían: “Padre Santo, acoge a tu servidor en tu justicia y envía tu gracia y tu Espíritu Santo sobre él”.
Tras algunas plegarias rituales, el nuevo cristiano besaba el Libro que se había utilizado en el oficio.
La ceremonia concluía con el intercambio general del beso de la paz.

Este gesto es complementario del otro bautismo, el de Juan, el del agua.
El ritual cátaro evoca el rito del sacramento paleocristiano del doble bautismo, agua e imposición de manos, mencionado ya en los Hechos de los Apóstoles.

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