jueves, 20 de septiembre de 2012

Textos cátaros: El Libro de los Dos Principios. 6. Del libre albedrío




Nuestros adversarios nos dicen:
"El hombre ha recibido el poder de hacer lo que, sin embargo, no hace, no ha hecho y no hará nunca. Ha recibido la voluntad que, sin embargo, no ha tenido, no tiene y no tendrá nunca. Ha recibido también la capacidad que no ha ejercido, no ejerce y no ejercerá nunca".


Y bien, si es así, nada nos impide afirmar que se puede cambiar todo lo imposible en posible.
Pero estas son palabras locas y vanas imaginaciones.
Ya que, en verdad, si lo que nunca ha sido, no es y no será nunca, "podía" llegar a serlo, y existía en potencia, se deduciría, sin ninguna duda, que los ángeles "podrían" transformarse en demonios, y los demonios en ángeles; que Cristo "podría" convertirse en el Diablo, y el Diablo en Cristo. Todos los "imposibles" podrían ser, todos existirían en potencia.
Tendríamos que ser bien tontos para afirmar tal cosa.

Y he aquí la razón: es exacto que un hombre tiene en efecto el "poder" de hacer lo que ha hecho, lo que hace, lo que hará en el futuro. Esto ha estado o está en potencia en él. Pero lo que no ha hecho, no hace y no hará nunca, no es "posible" que lo haga: de ninguna manera esto está -o ha estado- potencialmente en él. Ya que lo que no pasa nunca a acto, no podemos decir, en buena lógica, que está de alguna manera en potencia.

Si Dios sabe que alguna cosa va a ocurrir, antes de que sea, es imposible que no ocurra.
Igualmente, no podría saber que debe ocurrir, si fuera posible que no ocurriese nunca.
Para aquél que conoce absolutamente todo lo que va a ocurrir, es imposible que algo que va a ocurrir no ocurra.


Nuestros adversarios nos dicen que Dios ha creado a sus ángeles buenos y santos.
Pero: ¿Sabía o no sabía antes de que existiesen que llegarían a ser demonios?
Si no lo sabía, Dios no es perfecto, ya que no conoce todo el futuro.
El Dios de nuestros adversarios sabía, pues, sin ninguna duda, antes ya de que lo fuesen, que sus ángeles llegarían a ser demonios, porque ese Primer Hacedor es perfecto y conoce perfectamente lo que va a ocurrir; todas las cosas están presentes para el Primer Hacedor.
Luego una necesidad de ser y una imposibilidad de no ser han determinado a los ángeles antes de su creación.
A partir de entonces, ha sido siempre imposible, absolutamente, que no llegaran a ser demonios, para la sabiduría de Dios, en quien todo lo que fue, es y será, queda eternamente presente.
¿Con qué argumentos, y con qué atrevimiento, los ignorantes pueden sostener que los ángeles habrían podido permanecer buenos y santos eternamente, cuando esto había sido imposible en Dios que conoce todas las cosas antes de que sean hechas?
Si todo está creado por el Primer Hacedor, las cosas que existen son las que han recibido de Él el ser y la potencia del ser, y al contrario, las cosas que no existen son las que no han recibido el ser y no pueden de ninguna manera acceder al ser.
Esto destruye la teoría de aquéllos que sostuvieron que los ángeles habían tenido a la vez el poder de pecar y el de no pecar.

La teoría mencionada no concuerda con las ideas de los que creen que únicamente hay un Principio.


Es verdaderamente una cosa incomprensible que se atrevan a enseñar que Cristo vendrá a juzgar a los hombres sobre lo que hayan hecho por libre albedrío, cuando es claro que no existe absolutamente en ellos el libre albedrío.

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